Bradley Cooper es un actor/director cuya carrera es de ponerle mente. Empezó con comedias y poco a poco se fue adentrando a un cine “más profundo”. En A Star Is Born creo hizo un gran trabajo, pero ahora con Maestro se fue de boca en la estilización de un producto cuya sustancia es casi nula.

Sí, así sin temor a exagerar lo digo. Para algunos críticos o aficionados, dirán que es una película altamente emotiva; que vanagloria a un genio artista en su vida personal, y que los pasajes que vamos viendo de su vida es un hermoso lienzo del transcurrir de los años.

Sin embargo, yo vi una sobre posición de escenas en que Bradley Cooper quiso ponerse el lente casi frente su falsa nariz, para “resaltar” su talento actoral. Desde la estructura, Maestro es una película que llega a confundir, en vez de sustentar un argumento biográfico coherente.

La historia es sobre este grandioso director de orquesta, uno de los más laureados a nivel mundial, Leonard Bernstein; en un viaje de 30 años junto a su esposa Felicia Monteverde. Altos, bajos y muchos intermedios es lo que estará plagada este filme de pocas emociones.

Escasos momentos de emoción

Cuando digo pocas emociones no es por falta de intento. De hecho, creería que es por exagerar en esa búsqueda donde falla la película. Maestro es un conjunto de secuencias en que vamos a ver parte de la ruptura y reconciliación del amor entre Leonard y Felicia. Desgraciadamente, la fórmula se desgasta rápido.

Además, y esto me parece casi que inaudito, siendo una especie de biopic de un artista; vemos casi nada de su pasión musical.

En Maestro no recuerdo haber visto ni 5 minutos de ese esfuerzo o ese talento enorme en crear arte; más una escena en el tercer acto que se siente sobrada, por más que haya sido una recreación de algo de la vida real.

A nivel de actuaciones, ya lo decía, Cooper está tan inmerso en Bernstein en vez de verse natural, se siente demasiado elaborado, como sintético. Caso muy contrario es Carey Mulligan, que brilla en las ocasiones donde se ve con un conflicto interno amargo al ser esposa de un hombre tan peculiar.

Decepción con Maestro

Maestro es un tipo de película que le tenía bastante fe antes de verla; tenía toda la intención que fuese algo que me gustara, pero no fue así. Tampoco diré que me la pasé tan mal, hay elementos de dirección que me gustaron bastante, pero no fue suficiente.

Lo que me deja mal sabor de esta obra de Netflix, es que aquí había mucho material para explorar, de que por más de dos horas vi a un genio musical y no entendí su arte. Eso me parece el mayor pecado que puede haber de un “biopic”.